Génesis 1-3 es una descripción científica de la Creación «ex nihilo sui et subiecti», tal como lo mantiene la Teología Natural católica. Aquí interpretamos literalmente Gen 1, esto es, los días descritos son de 24 horas de duración, tal como es defendido por san Basilio, san Gregorio de Nisa, san Ambrosio, san Efren el Sirio, san Ireneo y casi todos los Padres de la Iglesia.
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miércoles 16 de junio de 2010
El ojo ¿mal diseñado?
Entre los argumentos favoritos de los evolucionistas está el del “mal diseño” de algún órgano o estructura animal, y si es el caso del hombre, pues mejor. La curvatura superior de la columna vertebral humana, el del tubo digestivo, o el del ojo humano son algunos de estos. Piensan que un mal diseño es una evidencia de la evolución y una ausencia, sin embargo, de todo vestigio de Diseño Inteligente, jamás se les ocurre pensar que ese aspecto “mal diseñado” obedezca a aspectos que se les escapa a sus limitadas mentes humanas. Hoy vamos a repasar aspectos del “mal diseño” del ojo humano.
domingo 28 de febrero de 2010
El Diseño Inteligente: ¿Por qué es importante?
En el Creacionismo católico se considera al Diseño Inteligente, no como una teoría, sino como un principio, pues es una obviedad que Dios ha creado sabiamente cielos y tierra. Este principio puede ser enunciado así:
«El Universo ha sido diseñado inteligentemente (por Dios Uno y Trino) con el fin de que lo habite el hombre»
Hay quien no coloca en la definición las cinco palabras del interior del paréntesis, en un intento de que ésta pueda ser aceptada ilimitadamente por creyentes de otras religiones e incluso ateos. Con este sentido restringido, el diseñador podría ser Dios, un pandemonium, etc. Además suele ser considerado como una teoría, muy sólida, eso sí, pero con la finalidad de aportar evidencias válidas para el materialismo. Hoy coloco aquí un artículo de Jay Richards [1] sobre el Diseño Inteligente. Me he tomado la libertad (además de traducirlo del inglés) de eliminar del título la palabra 'teoría' que, al estar en combinación de "Diseño Inteligente", no me suena bien a los oídos.
Autor del artículo: Jay Richards
En esta época científica en que vivimos, es imposible poner en cuarentena las cuestiones de la ciencia. Inevitablemente todas ellas llegan a infiltrarse en otros dominios culturales. De manera que deberíamos estar atentos a todo lo que los científicos nos dicen. En ocasiones, algo que alcanza gran trascendencia.
Por ejemplo, en The Meaning of Evolution, George Gaylord Simpson incide en que el dogma "oficial" de la corporación científica contemporánea es que: «El hombre es el resultado de un proceso natural y sin-propósito que no lo tiene a él en mente». Esta cuestión tan fundamental contrasta con la sabiduría científica de la antigüedad, que mantenía que el hombre había sido diseñado por un ser inteligente, un hecho que le dotaba tanto de su responsabilidad moral como de su libertad.
Darwin y el punto de vista materialista de la realidad.
Entonces ¿ qué es lo que cambió ?. Mientras que la mayoría de hechos históricos tienen múltiples causas, el teórico acoplamiento de la selección natural de Charles Darwin con las variaciones fortuitas aportan la energía necesaria para eliminar el concepto de diseño de las ciencias biológicas. No fue el concepto de un antepasado común universal o la modesta afirmación de que la selección natural explica algunas cosas. La teoría de Darwin era revolucionaria porque anulaba de la biología el concepto de diseño inteligente, confinándolo a un ghetto teológico marginal. Por primera vez, aparecía una explicación materialista plausible para todos esos mecanismos biológicos ingeniosos -- el cerebro y el ojo, la digestión y la circulación, las plumas y las aletas. Otros extenderían la condena del diseño inteligente a otros ámbitos para incluir el origen de la vida, y el mismo universo. Con la ayuda de intelectuales tales como Marx y Freud, nos fuimos quedando con una visión de los humanos como meros animales o máquinas que habitan un universo gobernado por el azar, y cuya conducta y pensamientos están determinados por las fuerzas inmutables e impersonales de la naturaleza y el entorno. Esta interpretación materialista de la realidad lentamente ha ido invadiendo cada aspecto de nuestra cultura. Como Daniel Dennet dice en su libro Darwin's Dangerous Idea:« La idea de Darwin había nacido como una respuesta a cuestiones de biología. Pero amenazó con filtrarse, ofreciendo respuestas, bienvenidas o no, a cuestiones de cosmología, en dirección hacia el Big Bang o hacia la psicología, o en cualquier otra dirección, para explicar la mente y el espíritu humano.... De esta manera la idea de Darwin también amenazó en extenderse aún más, disolviendo la ilusión de nuestra propia autoestima, nuestra propia chispa divina de creatividad y comprensión».
Algunos llegaron a comprender esta implicación desde muy temprano, incluyendo los autores de textos de criminología publicados en los años 1930: «El Hombre no es más responsable por el cometimiento deliberado de un crimen que una flor que se transforma en roja y se fragmenta. En ambos casos los productos finales se encuentran predeterminados por la naturaleza del protoplasma y el azar de las circunstancias».
Un mundo de algo más que salpicados de protoplasma.
Este esquema materialista disuelve nuestro sentido de responsabilidad para nuestros propios actos así como el marco ético que da consistencia a nuestras leyes. De acuerdo con esto, los materialistas definen cualquier alusión al derecho y al bien como meras palabras para el deseo de poder. El filósofo de política Jay Budziszewski ha declarado recientemente que la lógica materialista incluso ha encontrado el camino para introducirse en la Corte Suprema. Mientras que los padres fundadores basaron nuestro sistema legal «en las leyes de la naturaleza y en la naturaleza de Dios», la corte actual ha declarado que los americanos tienen un «derecho constitucional a definir el propio concepto de existencia del individuo, del significado del universo y del misterio de la vida humana» (Planned Parenthood vs. Casey, 1992). Esto puede sonar algo así como a tolerancia loable, sin embargo no aporta ninguna enseñanza legal que pueda llegar a funcionar fuera de las implicaciones relativistas de tal principio. Por contra es muy desalentador, ¿ pero qué podemos hacer ?. Los materialistas parecen disfrutar de la confirmación del más firme conocimiento científico. Quizás debamos concluir que las enseñanzas de Darwin, como dijo Nietzsche, son "ciertas pero mortales". Claramente las enseñanzas de Darwin son mortales, ¿ pero son realmente ciertas en su aplicación más amplia ?.
Durante décadas, los científicos han estado acumulando pruebas que contradicen tanto la teoría de Darwin como la gran aureola materialista que normalmente la acompaña. Muchos físicos y cosmólogos ahora reconocen que el universo tuvo un comienzo y que muchas leyes físicas parecen "precisamente ajustadas" sospechosamente para la existencia de vida inteligente. Además, los bioquímicos y biólogos han descubierto todo un mundo microscópico de sorprendente complejidad contradiciendo las simples salpicaduras de protoplasma imaginadas por Darwin. Y por si fuera poco, ahora conocemos que el ADN que especifica toda la vida es como un rico lenguaje de información. En el interior de cada célula humana se asienta una pequeña madeja de ADN codificado de un milímetro de diámetro, que si se desenrollara alcanzaría una longitud de un metro. En su libro Darwin's Black Box [2], el bioquímico Michael Behe aporta argumentos para explicar que muchos sistemas son "complejos irreductiblemente", lo que significa que sus partes individuales deben ir esencialmente juntas. Si la más simple parte se elimina, el sistema se convierte en no operativo. Estas son precisamente la clase de cosas producidas por los agentes inteligentes y eso la teoría de Darwin no lo puede explicar.
No es sorprendente, pues, que Behe y otros "teóricos del diseño inteligente" defiendan el concepto de diseño inteligente como la mejor explicación para estos fenómenos. Después de todo, sólo la amnesia colectiva nos previene de observar que un programa requiere un programador. Mi colega del Discovery Institute[1], Phil Gold expresa esto muy graciosamente: "Einstein dijo que Dios no juega a los dados con el universo. Tenía razón. Dios juega al Scrabble".
Entre Religión y Darwinismo.
¿ Pero esto no nos conduce hacia el dominio de la religión ?. Mientras que el DI ciertamente evoca cuestiones religiosas, la teoría del diseño inteligente no es religión avanzando dentro de la jurisdicción de la ciencia. Nosotros ahora disponemos de un método científico fidedigno, formalizado por el matemático y filósofo William Dembski (en The Design Inference, Cambridge University Press, 1998)[3], para detectar objetos diseñados y distinguirlos de los productos fortuitos del azar y leyes impersonales. Los científicos ya utilizan la inferencia del diseño intuitivamente en campos tales como la criptografia, arqueología y la medicina forense. Cuando se aplica a las leyes finamente ajustadas de la naturaleza, las secuencias de ADN y los sistemas bioquímicos complejos irreductiblemente de Behe, la conclusión clara es que han sido diseñados inteligentemente. No es nada sorprendente que estos asuntos estén provocando un fiero debate. Muchos guardianes de la ortodoxia científica paradigmática están lanzando calumnias para prevenir que estos nuevos enfoques puedan llegar a ser extendidos, e incluso están amenazando la libertad de los científicos para impedir que sigan el rastro de las evidencias. Su furor es comprensible, ya que ellos se dan cuenta que el diseño inteligente en las ciencias naturales, como el materialismo científico, podría llegar a tener consecuencias sociales profundas. Ya la ciencia no podría asegurar por más tiempo un enfoque materialista del mundo, en que los seres humanos no son ni explicables ni responsables. Lo que el Darwinismo y el materialismo científico han desmantelado, la teoría del diseño inteligente podría ayudar a restaurar.
NOTAS:
[1] Jay Richards es un profesor permanente del Discovery Institute’s Center for the Renewal of Science and Culture in Seattle. Para más información sobre el Diseño Inteligente, se puede visitar su web en, http://www.discovery.org/
[2] Puede leerse una reseña del articulo en, http://www.euskalnet.net/jcgorost/creacionismo/dbajom.htm
[3] Puede leerse una entrevista a ... en, http://rsanzcarrera.wordpress.com/2007/10/08/william-dembski-el-principal-teorico-del-%E2%80%9Cdiseno-inteligente%E2%80%9D/
«El Universo ha sido diseñado inteligentemente (por Dios Uno y Trino) con el fin de que lo habite el hombre»
Hay quien no coloca en la definición las cinco palabras del interior del paréntesis, en un intento de que ésta pueda ser aceptada ilimitadamente por creyentes de otras religiones e incluso ateos. Con este sentido restringido, el diseñador podría ser Dios, un pandemonium, etc. Además suele ser considerado como una teoría, muy sólida, eso sí, pero con la finalidad de aportar evidencias válidas para el materialismo. Hoy coloco aquí un artículo de Jay Richards [1] sobre el Diseño Inteligente. Me he tomado la libertad (además de traducirlo del inglés) de eliminar del título la palabra 'teoría' que, al estar en combinación de "Diseño Inteligente", no me suena bien a los oídos.
Autor del artículo: Jay Richards
En esta época científica en que vivimos, es imposible poner en cuarentena las cuestiones de la ciencia. Inevitablemente todas ellas llegan a infiltrarse en otros dominios culturales. De manera que deberíamos estar atentos a todo lo que los científicos nos dicen. En ocasiones, algo que alcanza gran trascendencia.
Por ejemplo, en The Meaning of Evolution, George Gaylord Simpson incide en que el dogma "oficial" de la corporación científica contemporánea es que: «El hombre es el resultado de un proceso natural y sin-propósito que no lo tiene a él en mente». Esta cuestión tan fundamental contrasta con la sabiduría científica de la antigüedad, que mantenía que el hombre había sido diseñado por un ser inteligente, un hecho que le dotaba tanto de su responsabilidad moral como de su libertad.
Darwin y el punto de vista materialista de la realidad.
Entonces ¿ qué es lo que cambió ?. Mientras que la mayoría de hechos históricos tienen múltiples causas, el teórico acoplamiento de la selección natural de Charles Darwin con las variaciones fortuitas aportan la energía necesaria para eliminar el concepto de diseño de las ciencias biológicas. No fue el concepto de un antepasado común universal o la modesta afirmación de que la selección natural explica algunas cosas. La teoría de Darwin era revolucionaria porque anulaba de la biología el concepto de diseño inteligente, confinándolo a un ghetto teológico marginal. Por primera vez, aparecía una explicación materialista plausible para todos esos mecanismos biológicos ingeniosos -- el cerebro y el ojo, la digestión y la circulación, las plumas y las aletas. Otros extenderían la condena del diseño inteligente a otros ámbitos para incluir el origen de la vida, y el mismo universo. Con la ayuda de intelectuales tales como Marx y Freud, nos fuimos quedando con una visión de los humanos como meros animales o máquinas que habitan un universo gobernado por el azar, y cuya conducta y pensamientos están determinados por las fuerzas inmutables e impersonales de la naturaleza y el entorno. Esta interpretación materialista de la realidad lentamente ha ido invadiendo cada aspecto de nuestra cultura. Como Daniel Dennet dice en su libro Darwin's Dangerous Idea:« La idea de Darwin había nacido como una respuesta a cuestiones de biología. Pero amenazó con filtrarse, ofreciendo respuestas, bienvenidas o no, a cuestiones de cosmología, en dirección hacia el Big Bang o hacia la psicología, o en cualquier otra dirección, para explicar la mente y el espíritu humano.... De esta manera la idea de Darwin también amenazó en extenderse aún más, disolviendo la ilusión de nuestra propia autoestima, nuestra propia chispa divina de creatividad y comprensión».
Algunos llegaron a comprender esta implicación desde muy temprano, incluyendo los autores de textos de criminología publicados en los años 1930: «El Hombre no es más responsable por el cometimiento deliberado de un crimen que una flor que se transforma en roja y se fragmenta. En ambos casos los productos finales se encuentran predeterminados por la naturaleza del protoplasma y el azar de las circunstancias».
Un mundo de algo más que salpicados de protoplasma.
Este esquema materialista disuelve nuestro sentido de responsabilidad para nuestros propios actos así como el marco ético que da consistencia a nuestras leyes. De acuerdo con esto, los materialistas definen cualquier alusión al derecho y al bien como meras palabras para el deseo de poder. El filósofo de política Jay Budziszewski ha declarado recientemente que la lógica materialista incluso ha encontrado el camino para introducirse en la Corte Suprema. Mientras que los padres fundadores basaron nuestro sistema legal «en las leyes de la naturaleza y en la naturaleza de Dios», la corte actual ha declarado que los americanos tienen un «derecho constitucional a definir el propio concepto de existencia del individuo, del significado del universo y del misterio de la vida humana» (Planned Parenthood vs. Casey, 1992). Esto puede sonar algo así como a tolerancia loable, sin embargo no aporta ninguna enseñanza legal que pueda llegar a funcionar fuera de las implicaciones relativistas de tal principio. Por contra es muy desalentador, ¿ pero qué podemos hacer ?. Los materialistas parecen disfrutar de la confirmación del más firme conocimiento científico. Quizás debamos concluir que las enseñanzas de Darwin, como dijo Nietzsche, son "ciertas pero mortales". Claramente las enseñanzas de Darwin son mortales, ¿ pero son realmente ciertas en su aplicación más amplia ?.
Durante décadas, los científicos han estado acumulando pruebas que contradicen tanto la teoría de Darwin como la gran aureola materialista que normalmente la acompaña. Muchos físicos y cosmólogos ahora reconocen que el universo tuvo un comienzo y que muchas leyes físicas parecen "precisamente ajustadas" sospechosamente para la existencia de vida inteligente. Además, los bioquímicos y biólogos han descubierto todo un mundo microscópico de sorprendente complejidad contradiciendo las simples salpicaduras de protoplasma imaginadas por Darwin. Y por si fuera poco, ahora conocemos que el ADN que especifica toda la vida es como un rico lenguaje de información. En el interior de cada célula humana se asienta una pequeña madeja de ADN codificado de un milímetro de diámetro, que si se desenrollara alcanzaría una longitud de un metro. En su libro Darwin's Black Box [2], el bioquímico Michael Behe aporta argumentos para explicar que muchos sistemas son "complejos irreductiblemente", lo que significa que sus partes individuales deben ir esencialmente juntas. Si la más simple parte se elimina, el sistema se convierte en no operativo. Estas son precisamente la clase de cosas producidas por los agentes inteligentes y eso la teoría de Darwin no lo puede explicar.
No es sorprendente, pues, que Behe y otros "teóricos del diseño inteligente" defiendan el concepto de diseño inteligente como la mejor explicación para estos fenómenos. Después de todo, sólo la amnesia colectiva nos previene de observar que un programa requiere un programador. Mi colega del Discovery Institute[1], Phil Gold expresa esto muy graciosamente: "Einstein dijo que Dios no juega a los dados con el universo. Tenía razón. Dios juega al Scrabble".
Entre Religión y Darwinismo.
¿ Pero esto no nos conduce hacia el dominio de la religión ?. Mientras que el DI ciertamente evoca cuestiones religiosas, la teoría del diseño inteligente no es religión avanzando dentro de la jurisdicción de la ciencia. Nosotros ahora disponemos de un método científico fidedigno, formalizado por el matemático y filósofo William Dembski (en The Design Inference, Cambridge University Press, 1998)[3], para detectar objetos diseñados y distinguirlos de los productos fortuitos del azar y leyes impersonales. Los científicos ya utilizan la inferencia del diseño intuitivamente en campos tales como la criptografia, arqueología y la medicina forense. Cuando se aplica a las leyes finamente ajustadas de la naturaleza, las secuencias de ADN y los sistemas bioquímicos complejos irreductiblemente de Behe, la conclusión clara es que han sido diseñados inteligentemente. No es nada sorprendente que estos asuntos estén provocando un fiero debate. Muchos guardianes de la ortodoxia científica paradigmática están lanzando calumnias para prevenir que estos nuevos enfoques puedan llegar a ser extendidos, e incluso están amenazando la libertad de los científicos para impedir que sigan el rastro de las evidencias. Su furor es comprensible, ya que ellos se dan cuenta que el diseño inteligente en las ciencias naturales, como el materialismo científico, podría llegar a tener consecuencias sociales profundas. Ya la ciencia no podría asegurar por más tiempo un enfoque materialista del mundo, en que los seres humanos no son ni explicables ni responsables. Lo que el Darwinismo y el materialismo científico han desmantelado, la teoría del diseño inteligente podría ayudar a restaurar.
NOTAS:
[1] Jay Richards es un profesor permanente del Discovery Institute’s Center for the Renewal of Science and Culture in Seattle. Para más información sobre el Diseño Inteligente, se puede visitar su web en, http://www.discovery.org/
[2] Puede leerse una reseña del articulo en, http://www.euskalnet.net/jcgorost/creacionismo/dbajom.htm
[3] Puede leerse una entrevista a ... en, http://rsanzcarrera.wordpress.com/2007/10/08/william-dembski-el-principal-teorico-del-%E2%80%9Cdiseno-inteligente%E2%80%9D/
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