Posted: 28 Aug 2012 07:24 AM PDT
Referencia: APS.Psychological.Science.org .
Autor: Guy Schaffer, 28 agosto 2012
Autor: Guy Schaffer, 28 agosto 2012
¿Qué se necesita para convertirse en un mejor pensador? ¿Es necesario meditar durante horas y participar en un agotador entrenamiento cognitivo? ¿O el camino hacia una mente sana podría ser tan simple como caminar 40 minutos al día? En el simposio de entrenamiento, rendimiento y neuroplasticidad de la 24ª Convención Anual de APS en Chicago, tres investigadores presentaron sus propios métodos para mejorar la cognición y delimitar los circuitos neuronales que subyacen a una mente eficiente.
Yi-Yuan Tang, miembro de APS y presidente del simposio, de la Texas Tech University, comenzó hablando de su trabajo sobre el entrenamiento integral cuerpo-mente (IBMT=integrative body-mind training), una técnica de meditación que él y sus colegas han adaptado de la medicina tradicional china. IBMT combina técnicas de relajación física y mental, "porque se necesita entrenar el cuerpo para entrenar la mente", afirmaba Tang. Mediante un análisis detallado por fMRI, Tang ha sido capaz de identificar los cambios neuronales que subyacen a las mejoras inducidas por la meditación, el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo.
Muchos estudios sobre los efectos de la meditación han examinado a grandes meditadores de toda la vida, que tienen miles de horas de práctica a sus espaldas, pero Tang ya descubrió efectos positivos en los estudiantes que realizaron IBMT en menos de una semana. Después de 20 minutos de meditación al día durante cinco días, los estudiantes demostraron mejoras en sus habilidades de resolución de conflictos y de solución creativa de problemas, así como en la disminución de los niveles sanguíneos de la hormona del estrés, el cortisol.
Los que habían estado practicando IBMT más tiempo (de dos a cuatro semanas), se había incrementado el flujo sanguíneo en la corteza cingulada anterior y el estriado insular, dos regiones del cerebro asociadas con la auto-regulación. Adicionalmente, estas áreas cerebrales habían aumentado sus ratios de materia blanca a gris, lo que sugiere que los cambios detectables asociados con la meditación, podrías estar mediados por el incremento de redes neurales en estas áreas.
Utilizando una técnica, conocida como imágenes de tensor de difusión, Tang fue capaz de examinar el nivel de cambios de neuronas en la estructura cerebral con las mismas herramientas básicas del fMRI. En la corteza cingular y el cuerpo estriado, se halló un aumento significativo de anisotropía fraccional, que es el grado en el que las neuronas de una región están todas orientadas en la misma dirección. Los cerebros de los participantes, en efecto, están cada vez más organizadoa mediante la meditación.
Randall W. Engle, miembro de la APS, del Instituto de Tecnología de Georgia, se centró en un método diferente para la mejora mental. Él desarrolló una estrategia de entrenamiento cognitivo, diseñado para mejorar la capacidad de la memoria de trabajo. Usando arduos tests de memoria (y una compensación financiera generosa), Engle entrenó a sus participantes a convertirse en expertos en una serie de tareas que implicaban la memoria de trabajo. Después analizó la transferencia de sus nuevas habilidades, pidiéndoles que aplicaran sus habilidades de memoria en otras pruebas.
Mientras que otros experimentadores han tenido resultados favorables con este estilo de entrenamiento de la memoria y la transferencia, Engle quería aislar el impacto del entrenamiento sobre la capacidad de la memoria de trabajo y examinar la transferencia de habilidades de memoria. "Tenemos que comprobar en qué se está entrenando a la gente, y enseñarles a generalizarlo", explicó. Mediante un diseño experimental cuidadoso, separó distintas habilidades diferentes, específicas para una tarea, de las más generales mejoras en la memoria de trabajo. Pero lo que encontró, respecto de la transferencia, no fue tan optimista.
Por supuesto, el entrenamiento puede tener impresionantes retornos, especialmente cuando a los participantes se les paga para una mejor realización. Engle mostraba una diapositiva de muestra para una tarea, que parecía un campo de símbolos sin sentido, y pidió a los miembros del público que apuntaran a la letra "F", oculta entre ellos. El siguiente panelista, Art Kramer, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, fue el único miembro de la audiencia que la encontró tras 10 segundos, aunque la mayoría de participantes en los experimentos de Engle fueron incapaces de encontrar la F en menos de 250 milisegundos pese a haber recibido semanas de entrenamiento.
Sin embargo, cuando a los participantes se les pidió transferir su entrenamiento en una nuevo test, los resultados no fueron tan esperanzadores. La transferencia entre tareas similares resulta simple, la transferencia entre tareas dispares no lo es tanto. El estudio de Engle sugiere que, el entrenamiento específico de una tarea no aumenta la capacidad de memoria de trabajo, de manera que es significativamente transferible entre distintas tareas. Estos resultados negativos podrían tener enormes implicaciones sobre las tendencias recientes en materia educativa, en las que se utiliza la memoria de trabajo de "entrenamiento" cognitivo para estudiantes con dificultades.
Es posible que el entrenamiento mental no sea el mejor enfoque para mejorar la memoria de trabajo, sin embargo, la investigación del panelista Kramer sugiere que el entrenamiento físico sí puede mejorar la memoria. En adultos de 59 a 80 años, Kramer descubrió que caminar 40 minutos al día, tres veces a la semana, ayudaba a revertir los efectos de la edad en los circuitos cerebrales implicados en la atención y la toma de decisiones.
Algunos de estos circuitos cerebrales habían sido identificados en estudios previos de Kramer, donde utilizó una tarea llamada Fortaleza Espacial que fue improvisada de unos juegos de arcade. Mientras los participantes aprendían con el juego de video, Kramer y sus colegas, examinaban los circuitos cerebrales implicados en el entrenamiento de una tarea compleja. La Space Fortress, apretaba las conexiones del modo red por defecto, lo que se asocia con el pensamiento en reposo y sin dirección, así como la red fronto-ejecutiva, que organiza las tareas complejas. Ambas redes están típicamente debilitadas en las poblaciones envejecidas.
Sin embargo, el deterioro de estas redes pueden ser reversible mediante el ejercicio. Kramer les pidió a dos grupos de auto-denominados "teleadictos" que pasaran un año ya sea paseando o haciendo estiramiento tres veces a la semana, y que usaran el fMRI para monitorear la fuerza de las redes cerebrales al inicio del estudio, después de seis meses y pasado un año. Los resultados fueron prometedores. El grupo de caminantes mejoraron su rendimiento en tareas cognitivas y aumentaron la fuerza de la ciertas redes cerebrales, hasta el punto que sus cerebros se parecían a cerebros de personas mucho más jóvenes. Kramer también estuvo observando los aumentos en el volumen del hipocampo, las medidas de organización neuronal y del cerebro, derivado del factor neurotrófico en el grupo caminante.
El hallazgo de que el ejercicio ayuda a la cognición no es nuevo, pero la atención de Kramer fue el fortalecimiento de las redes, lo que sugiere que los efectos del ejercicio podrían basarse en las mismas redes de la toma de decisiones, aquellas que nos permiten jugar con los juegos de video.
¿Qué podemos aprender de estas líneas tan dispares de investigación? Tomadas en su conjunto, sugieren que el únicamente entrenamiento cognitivo no es el secreto para mejorar la función cognitiva. En su lugar, el fortalecimiento de las conexiones entre el cuerpo y la mente mediante la meditación y el caminar pueden ser la clave para un cerebro mejorado.
ANEXO: Lo importante del entrenamiento
"Todo el mundo recibe entrenamiento", dice Eduardo Salas, miembro de la APS y
psicológo científico de la Universidad de Florida Central. "Pero,
¿qué es lo que importa? ¿Qué funciona? ¿Qué influye en el aprendizaje y en la
adquisición de habilidades?"
Cada año se dedican en Estados Unidos alrededor de $135 mil millones al entrenamiento de empleados, pero esos miles de millones no siempre mejoran el trabajo, porque las habilidades a menudo no se transfieren al puesto de trabajo actual.
En un estudio publicado en Psychological Science del Public Interest, Salas y los co-autores, concluyen que cuando este dinero está bien gastado, las "actividades de entrenamiento y desarrollo permiten que las organizaciones puedan adaptarse, competir, destacar, innovar, producir, estar seguras, mejorar el servicio y alcanzar objetivos".
Los investigadores descubrieron en su estudio que, de la vasta literatura científica existente sobre la ciencia del entrenamiento, los líderes empresariales deberían considerar el entrenamiento como un sistema completo y no un evento ocasional.
Antes del entrenamiento, debe analizarse varios trabajos en la organización, las habilidades de todos sus empleados, supervisores y líderes deberían estar en la misma página. Durante el entrenamiento, debe haber una estructura y orientación suficiente que ofrezca a los entrenados la oportunidad de tomar decisiones acerca de su experiencia de aprendizaje. Después del entrenamiento, los participantes deben tener el tiempo suficiente y la oportunidad de utilizar lo que han aprendido en el mundo real con información real.
A menudo existe una brecha entre la realización del entrenamiento y la integración de las habilidades recién adquiridas sobre el trabajo. Pero esa brecha puede reducirse mediante la aplicación de conocimientos empíricamente probados en el aprendizaje, como la repetición de tareas en contextos cada vez más complicados.
"El mensaje principal es que las organizaciones que invierten en el entrenamiento deben estar informados por la ciencia", reseñó Salas.
Cada año se dedican en Estados Unidos alrededor de $135 mil millones al entrenamiento de empleados, pero esos miles de millones no siempre mejoran el trabajo, porque las habilidades a menudo no se transfieren al puesto de trabajo actual.
En un estudio publicado en Psychological Science del Public Interest, Salas y los co-autores, concluyen que cuando este dinero está bien gastado, las "actividades de entrenamiento y desarrollo permiten que las organizaciones puedan adaptarse, competir, destacar, innovar, producir, estar seguras, mejorar el servicio y alcanzar objetivos".
Los investigadores descubrieron en su estudio que, de la vasta literatura científica existente sobre la ciencia del entrenamiento, los líderes empresariales deberían considerar el entrenamiento como un sistema completo y no un evento ocasional.
Antes del entrenamiento, debe analizarse varios trabajos en la organización, las habilidades de todos sus empleados, supervisores y líderes deberían estar en la misma página. Durante el entrenamiento, debe haber una estructura y orientación suficiente que ofrezca a los entrenados la oportunidad de tomar decisiones acerca de su experiencia de aprendizaje. Después del entrenamiento, los participantes deben tener el tiempo suficiente y la oportunidad de utilizar lo que han aprendido en el mundo real con información real.
A menudo existe una brecha entre la realización del entrenamiento y la integración de las habilidades recién adquiridas sobre el trabajo. Pero esa brecha puede reducirse mediante la aplicación de conocimientos empíricamente probados en el aprendizaje, como la repetición de tareas en contextos cada vez más complicados.
"El mensaje principal es que las organizaciones que invierten en el entrenamiento deben estar informados por la ciencia", reseñó Salas.
Referencia: Salas, E., Tannenbaum, S., Kraiger, K., Smith-Jentsch, K. (2012). "La ciencia de la formación y el desarrollo en las organizaciones: lo que importa en la práctica." Psychological Science in the Public Interest, 13, 74-101.
- Imagen 1) Yi-Yuan Tang. 2) Randall W. Engle. 3) Art Kramer .
- Fuente e imágenes de Observer Vol.25, N º 7 de septiembre, 2012 .
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Posted: 28 Aug 2012 06:23 AM PDT
La vitamina B 12 es esencial. En colaboración con colegas de Canadá, Alemania y Estados Unidos, los investigadores del Hospital infantil universitario y de la Universidad de Zurich, han tenido éxito en la descodificación de una novedosa causa hereditaria para la deficiencia de vitamina B 12. Han descubierto un importante gen que determina la introducción de la vitamina B12 en las células. Su descubrimiento permite el diagnóstico y tratamiento de esta rara enfermedad genética.
La vitamina B 12 es esencial para la división celular, la síntesis de las células rojas de la sangre y el funcionamiento del sistema nervioso. El cuerpo humano no puede producirla, tiene que obtenerla a través de las proteínas de origen animal. Hasta ahora se sabía que en su camino dentro de la célula era absorbida por unos orgánulos pequeños, llamados lisosomas. A partir de ahí, la vitamina entra en el interior de la célula con la ayuda de una proteína de transporte, la CblF, que fue descubierta por el mismo equipo de investigación hace tres años. Los investigadores demuestran ahora que es necesaria una segunda proteína de transporte para este paso, proporcionando evidencias de otra causa para la deficiencia hereditaria de vitamina B 12.
Una mutación del gen impide el transporte de la vitamina B 12
Los científicos de Suiza y Canadá examinaron a cada un paciente con síntomas de la anomalía genética de la CBLF, incluso sin el defecto de este gen. Usaron distintos métodos, incluyendo la secuenciación de todos los segmentos de codificación de la información genética, al final identificaron dos mutaciones del mismo gen en ambos pacientes.
El gen en cuestión codifica la proteína ABCD4, anteriormente conocida como el transportador ABC en otros orgánulos celulares, aunque con una función no muy bien definida. Ahora está claro que es un transportador de la vitamina B 12: "Hemos detectado la ABCD4 en los lisosomas de las células humanas de la piel, justo al lado de la ya conocida proteína CBLF", explica Matthias Baumgartner, profesor de enfermedades metabólicas en el Hospital infantil de la Universidad de Zurich. Al añadir la proteína ABCD4 intacta en las células de los pacientes, pudieron rescatar el transporte de la vitamina B 12 y compensar el defecto genético. "También descubrimos que un cambio de objetivo en el lugar de enlace de la ATP y la ABCD4 provocaba una pérdida de la función", señaló Baumgartner. Así pues, tanto la ABCD4 como la CBLF, son las proteínas responsables de la transferencia de vitamina B 12 desde los lisosomas al interior de la célula, y están involucradas en la actividad de las enzimas ATPasa. Baumgartner concluye que, "los resultados obtenidos permiten el diagnóstico y tratamiento de esta deficiencia hereditaria de vitamina B12."
Este trabajo ha sido financiado por la Swiss National Science Foundation (SNF) y por los Institutos Canadienses de Investigación en Salud, además de la Deutsche Forschungsgemeinschaft.
- Información bibliográfica completa: David Coelho, Jaeseung C. Kim, Isabelle R. Miousse, Stephen Fung, Marcel du Moulin, Insa Buers, Terttu Suormala, Patricie Burda, Michele Frapolli, Martin Stucki, Peter Nürnberg, Holger Thiele, Horst Robenek, Wolfgang Höhne, Nicola Longo, Marzia Pasquali, Eugen Mengel, David Watkins, Eric A. Shoubridge, Jacek Majewski, David S. Rosenblatt, Brian Fowler, Frank Rutsch, Matthias R. Baumgartner. Mutations in ABCD4 cause a new inborn error of vitamin B12 metabolism. Nature Genetics. 26 August, 2012. Doi: 10.1038/ng.2386
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